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Recuperar el olfato: estas son las técnicas disponibles

El pasado 26 de octubre la revista Consumer de la Fundación Eroski se puso en contacto para escribir un artículo sobre cómo puede recuperarse el olfato. De la entrevista surgió el artículo, al que puedes acceder haciendo clic en la siguiente imagen:

Artículo de prensa sobre las secuelas olfativas de la COVID-19 publicado en el diario El Mundo en el que se me menciona.

La pérdida de olfato afecta a casi la mitad de los contagiados y puede dejar secuelas.

La médica Adela González advierte de trastornos emocionales: «He visto a un abuelo llorar porque no sabía cuándo cambiar los pañales a su nieto»

(artículo publicado en La Nueva España, 20.08.2020)

S. F. LOMBARDÍA 29·08·20 | 00:41

Pese a que al inicio de la crisis por coronavirus la noticia de que la pérdida de olfato en enfermos contagiados parecía más bien una anécdota, la llamada anosmia ha acabado por ser mucho más prevalente de lo que los propios expertos vaticinaban. Según las últimas estimaciones de Sanidad, hasta el 43 por ciento de los infectados presentan algún grado de pérdida olfativa, y la eficacia de su tratamiento está vinculado a la rapidez con la que inicie. La asturiana Adela González, otorrino experta en esta dolencia y su rehabilitación, incide en la importancia de que cualquier afectado de forma brusca por este síntoma (y que no pueda atribuir a otra enfermedad) llame a su centro de salud y se aísle, porque la prevalencia de la anosmia en pacientes con covid-19 permite ahora usarlo como indicativo de un posible contagio. Lamenta, sin embargo, que la recuperación de este sentido parezca haberse relegado a un segundo plano porque, asegura, puede acarrear problemas emocionales: «He visto llorar en la consulta a un abuelo que no sabía cuándo cambiar los pañales a su nieto».

Buena parte de los pacientes con coronavirus aseguran haber perdido el olfato y el gusto. Pero no es exactamente así. «No se debe confundir gusto y sabor. El sabor de los alimentos y bebidas se pierde con la infección porque el ochenta por ciento del sabor es olfato», aclara la otorrino, que explica que el gusto, en realidad, suele estar conservado porque se percibe a través de las papilas gustativas de la lengua, aunque sí se han detectado a pacientes con el virus que aseguran no sentir el gusto amargo ni el dulce.

Aunque parezca nuevo, la pérdida de olfato está vinculada a múltiples causas y ya estaba identificada en casos de infecciones víricas del tracto respiratorio superior. Puede suceder también tras traumatismos craneoencefálicos, procesos más habituales como alergias y sinusitis, y por simple envejecimiento. Que pueda afectar ahora a alrededor de la mitad de los contagiados, según González, tendría que servir para que la anosmia se incluya ahora como un «síntoma precoz» de la infección. «Justificaría el aislamiento preventivo de esa persona y la realización de un test. Esta disfunción olfativa puede presentarse al inicio de la enfermedad e incluso en ausencia de otros síntomas», afirma.

En cuanto al tratamiento, González, que había dirigido la Unidad del Olfato en el Hospital de Cabueñes y trabaja ahora en la Clínica ORL Ciudad Gijón, explica que el más eficaz es el «entrenamiento olfativo». «Siempre es mejor que haya un profesional que te guíe y tenga un protocolo, pero muchos pacientes se recuperan si se exponen a sustancias odoríferas de una forma sistemática y estructurada al menos durante tres meses», resume.

Esa recuperación, no obstante, puede hacer que el paciente recupere el sentido «oliendo de otra manera». Se lo dicen los propios afectados. «Explican que huelen el chocolate pero que les huele de otra manera. Es normal, cuando el olfato se pierde transitoriamente las neuronas olfatorias mueren y, al regenerarse, surgen otras nuevas con receptores también nuevos», comenta. Y añade: «El chocolate que tú hueles es porque se asocia a un recuerdo. Hueles el chocolate que oliste en la infancia y tu cerebro recupera esa sensación. Al regenerarse las células, esa asociación se pierde». Este hecho, científico, se usa como estrategia comercial. Muchas tiendas de decoración, por ejemplo, perfuman el local con olor a vainilla, porque al cliente le hará recordar su hogar y se sentirá cómodo adquiriendo artículos.

La rehabilitación de la anosmia no parece estar muy asentada en la región. González, experta en un tratamiento muy poco habitual en el país, refiere tratar a enfermos, sí, pero de otras provincias. «No se le da importancia hasta que se pierde. La gente, de verdad, se deprime. Imagina a un padre que no puede oler a su recién nacido», lamenta la experta: «Impacta en nuestra calidad de vida y nuestro bienestar mental y es un factor pronóstico de mortalidad».

Reproducción del artículo del mismo nombre publicado en el ESPECIAL COVID-19 de la Revista del Colegio Oficial de Médicos de Asturias en julio 2020

Webinar internacional de la Red Olfato Argentina: «Olfato COVID-19, avances e innovación»

Evento próximo acerca de la Anosmia en COVID-19.
Desde un punto de vista multidisciplinar.

(Importante actualización: aplazado al 10 de junio de 2020)

Pacientes con pérdida de olfato podrían ser los «portadores ocultos»

(entrevista publicada en La Nueva España 23.03.2020)

ADELA GONZÁLEZ | OTORRINO, EXPERTA EN TRASTORNOS GUSTATIVOS Y OLFATIVOS

“Los pacientes con pérdida de olfato sin otros síntomas podrían haber sido los portadores ocultos que propagaron el Covid-19″
La otorrino Adela González sostiene que «hay hasta 200 virus diferentes que pueden causar trastornos olfativos»

Ana Rubiera 23.03.2020 | 20:37

La otorrinolaringóloga Adela González fue la impulsora y creadora de la primera consulta de olfato que existió en la sanidad pública asturiana, en el hospital de Cabueñes. Desde 2011, cuando se puso en marcha dicha unidad, hasta su reciente jubilación calcula que pudo valorar a unos 600 pacientes asturianos con alteraciones de olfato y sabor debidas a diferentes causas, «siempre muy coincidentes con la casuística mundial», dice. Ahora es una de las expertas que sigue con gran interés las revisiones mundiales sobre la vinculación entre el Covid-19 y las pérdidas bruscas o trastornos de olfato y sabor.

-¿Qué hay de cierto entre la enfermedad del Covid-19 y la pérdida de sabor y olfato por parte de algunos pacientes? ¿Tenía alguna sospecha de que pudiera estar pasando algo así?

-Se sabe que las enfermedades infecciosas de origen viral del tracto respiratorio superior son una de las principales causas de pérdida olfativa en adultos. Los agentes causales son el virus del resfriado común, el de la gripe y hasta 200 virus diferentes (coronavirus también) que pueden causar pérdidas olfativas. Por lo tanto cabe pensar que el nuevo virus COVID-19 también cause anosmia en pacientes infectados. Ya hay buena evidencia en Corea del Sur, China e Italia de que un número significativo de pacientes han desarrollado anosmia y/o hiposmia. En Alemania, dos de cada tres casos confirmados refieren anosmia. En Corea del Sur, donde las pruebas se han generalizado, el 30% de los pacientes con resultado positivo han tenido esa pérdida olfativa como su síntoma principal de presentación en casos leves. Yo personalmente he tenido conocimiento de un caso de anosmia transitoria, con síntomas de resfriado común hace un mes, pero no he podido confirmar la etiología por COVID-19.

-¿Por qué no se habló de esos síntomas hasta hace poco y no se citaban entre las más clásicas como la fiebre, la tos o la dificultad para respirar?

-Mi opinión personal es que todos los profesionales implicados estábamos más atentos a los aspectos alarmantes de la pandemia en cuanto a la rápida propagación, la morbilidad/mortalidad y que se pudiera producir una insuficiencia de recursos sanitarios para la debida atención a los pacientes afectados, que a la aparición de estos síntomas en particular. La llamada de atención fue debida, precisamente, al creciente número de pacientes que referían pérdida brusca de olfato y sabor o alteraciones en el olfato como síntomas asociados a infección COVID .

-¿Tiene algo de especial este síntoma?

-Tiene la connotación de que puede ser además el único síntoma o aparecer antes que otros más típicos como tos, fiebre, etc€ Existe la posibilidad de que el aumento aparente en la incidencia pueda simplemente reflejar la atención que el COVID-19 ha atraído de los medios de comunicación y que tales casos pueden ser causados por cepas típicas de rinovirus y coronavirus. Como ha habido un aumento significativo de pacientes que presentan anosmia en ausencia de otros síntomas, podría pensarse que estos pacientes pueden ser algunos de los portadores ocultos que han facilitado la rápida propagación del COVID-19.

-O sea, que percatarse de esas pérdidas de sentido podría ser un buen test de alerta. ¿O no?

-Potencialmente podría utilizarse como una herramienta de detección para ayudar a identificar a pacientes asintomáticos para un mejor autoaislamiento.

-¿Hay alguna razón que explique esa relación del virus y el bloqueo olfativo o del gusto?

-Se cree que la disfunción olfatoria de etiología postviral es provocada por lesiones en las células receptoras del olfato, por lo tanto es un síntoma caracterizado por pérdida súbita de función de la percepción olfativa, posterior a una infección de vía respiratoria superior.

-En esos pacientes ¿qué es más frecuente, la pérdida de olfato o de la capacidad de saborear?

-El paciente refiere muchas veces pérdida de gusto pero eso incorrecto: el gusto no lo ha perdido, mantiene la capacidad de discernir el sabor dulce, salado, ácido, amargo y umami. En realidad lo que ha perdido es el olfato y el sabor, siendo este último el olor que percibimos por vía retronasal, de los alimentos ingeridos, al comer o al beber, que no puede ser percibido por la lesión producida a nivel del epitelio olfativo.

-¿Es un trastorno que pueda ser definitivo, sin recuperación?

-La pérdida de olfato debida a las infecciones virales conocidas hasta ahora puede ser temporal o definitiva, También puede ser parcial o total. En cualquier caso es angustiante para quienes la padecen. En este momento no sabemos si los efectos del COVID-19 sobre el olfato serán transitorios o no.

-Algunos minusvaloran este tipo de síntomas frente a la fiebre o la dificultad para respirar. Pero es un trastorno que puede llegar a afectar mucho a las personas, ¿no?

-La pérdida de olfato afecta y mucho, la calidad de vida de quien la padece, tanto en el ámbito privado, como social y laboral. Puede implicar un mayor riesgo de accidentes, problemas de desnutrición sobre todo en ancianos, descontrol de la higiene, reducción de acceso a determinadas profesiones etc€ Es decir, no es un problema menor por las implicaciones mencionadas anteriormente.

-¿En qué otras enfermedades se da una relación habitual con la anosmia?

-Las causas principales de pérdida de olfato son las rinosinusales (sinusitis, pólipos€), las virales, la presbiosmia (edad avanzada), las de origen traumático, también las congénitas bien como síntoma aislado o sindrómico y cada vez cobra más auge el olfato como sensor precoz de Enfermedad de Parkinson y Enfermedad de Alzeimer.

-¿Se puede hacer algo durante el transcurso de la enfermedad para mitigar esa pérdida de olfato y de gusto, o para sufrirlo menos?

-Como tratamiento para la pérdida olfativa en este caso concreto no se aconseja tomar esteroides orales, si bien es seguro el uso de esteroides nasales. Se recomienda hidratarse, guardar reposo y cuidarse en general. Para la pérdida olfativa puede ser útil la rehabilitación olfativa que consiste en entrenar (como si de un ejercicio físico se tratara) con olores habituales de la vida diaria olfateando comida, perfumes, vino u otras bebidas€ e intentando si se huele, por poco que sea, memorizarlo.

-¿Y si una vez recuperado del coronavirus no recupero el olfato o el gusto, qué puedo hacer?

-Una vez que la pandemia haya desaparecido y las autoridades sanitarias consideren que podemos volver a la normalidad, la persona que sufra algo así debería acudir al especialista, en este caso al otorrinolaringólogo, para exploración de la vía respiratoria superior con fibroscopio y realización de un test de olfatometría para la medición en calidad y cantidad de la percepción olfativa y gustativa. El experto ya le indicará si hay que realizar otras pruebas complementarias.

La pérdida de sabor y olfato tienen relación con la COVID-19

Podría ser un síntoma precoz de la enfermedad